domingo, 26 de febrero de 2012

AGRESIÓN Y DESVALORIZACIÓN


En el proceso terapéutico se van identificando las conductas agresivas y de desvalorización,  con el objetivo de observarse  a si mismo/misma. En este proceso de Observación de Sí  nos empezamos a confundir con la observación  del  Otro/otra, e identificamos de forma rápida todo aquello que  viene del exterior. Ello se debe a los  mecanismos de defensa que nos permiten  no responsabilizarnos de aquello que generamos, tengamos en cuenta que  venimos de un sistema (socio-familiar) donde todo lo que nos ocurre se justifica con factores externos, por lo que al estar en el Trabajo  de “darnos cuenta de…” es frecuente que se comience por  “el darnos cuenta del  otro o la otra” con anterioridad de darnos cuenta de “nosotr@s mism@s”.Como en terapia todo es utilizable puede ser un buen momento para  comenzar con  el Trabajo de los Límites, ¿Cómo le ponemos un límite al otro/otra sin ponernos un límite a nosotr@s mism@s? De forma errónea suele ser desde la Agresión pues la no comprensión de que los límites  son un “hasta aquí llegaste” para la otra persona que debe de partir de: “hasta aquí he llegado yo con esta situación y a partir de aquí no puedes pasar  tú, pues mi límite esta puesto” .Al comenzar a poner límites cuando dudamos de como hacerlo, existe la herramienta de la asertividad que se basa en hablar de como me siento desde la naturalidad,"me siento invadida", "me siento descalificada" ," siento que me quedo sin derecho a decidir", donde  ponemos la observación en como nos sentimos nosotros/nosotras y no en la acción  de la otra persona.
Cuando existe un arraigamiento, un sentimiento de fortaleza interna, una seguridad de “Sí, no hace falta hacer esfuerzo” la otra persona lo tiene claro, el mensaje llega energéticamente, corporalmente , verbalmente…y cargado de seguridad.
Si no lo tenemos claro tal vez es mejor esperar, no actuar pues solemos agredir a la otra persona justificando que estamos poniendo un límite, lo que suele abrir la puerta para que la respuesta sea otra agresión, pues no se puede pedir algo que no se da. Creo que es evidente que en este juego se pueden enredar el y el  yo con la disculpa de “¿Quién tiene razón?”.
Vamos un poco más allá ¿De qué hablamos los/las terapeutas cuando decimos o usamos la palabra Agresión? Pues la sociedad reconoce las agresiones físicas, las agresiones verbales cargadas de insultos, las agresiones económicas o las sexuales y  las agresiones psicológicas, dentro de este último grupo está  el “quid” de la cuestión: Los/las terapeutas llevamos la mirada a esas  agresiones psicológicas, que pueden venir camufladas de formas muy sutiles. Por ejemplo:
 Contar con el tiempo y la disponibilidad de  alguien sin consultarle,  dirigirse a un igual desde un tiempo verbal imperativo (dando una orden), no pedir algo directamente si no desde la manipulación -en la que evitamos el tener que pedir- y damos por  hecho que la otra persona está obligada a realizarlo, o cuando algo externo nos resuena y no queremos mirar su causa y acusamos al otro/otra de agredir.
Cuando nos manejamos desde nuestra necesidad sin tener  en cuenta la necesidad de la otra persona, estamos agrediendo, ello lo vemos cuando alguien nos hace un regalo estupendo  que no necesitamos. Ejemplo: no tengo comida y me regalas un móvil, o siempre al salir del trabajo hago merienda- cena en una cafetería cercana y cuando llego un día a casa mi pareja ha preparado una cena romántica sin avisar. Nos ponemos en nuestra necesidad de querer regalar un móvil o querer disfrutar de una cena romántica y nos olvidamos de la otra persona.
Otro ejemplo es cuando llamamos por teléfono y no preguntamos: “¿es un buen momento para ti?”, o cuando aparecemos sin avisar en casa de “…”, o cuando pensamos que el o la terapeuta lo sigue siendo en las horas en que no está en consulta  y nos creemos con el derecho a llamar a cualquier hora o día.  Aquí no  solo agredimos  también desvalorizamos a la persona a  la categoría de un objeto que está a nuestra disposición desde la falta de conciencia de que el o la Terapeuta es una persona, con sus compromisos, sus necesidades, y el poder y el derecho a decidir sobre su tiempo.
¿ Qué hay detrás de la Agresión?  Una agresión hacia .  En la acción de la Agresión se parte de la agresión hacia sí mismo/misma al igual que en la desvalorización, tal vez es difícil de comprender en un principio.
Si observamos un ejemplo: Recibes un correo electrónico en el que te acusan o te insultan; realmente esa acusación o insultos hablan mal de la persona que lo ha escrito, es fácil de ver cuando no es a nosotros/nosotras a quien nos llega , al contrario cuando sí nos llega a nuestro correo…¡Qué dolor, que cabreo!. “¡¿ Esto qué es?!” decimos, pues nos identificamos,  nuestro Ego -gordo y alimentado- se identifica y quiere venganza, así que nos ponemos a la altura de la otra persona, “¡Vamos a ver quién gana la batalla!” Esta conducta no solo es inútil (pues no va a dejar ningún resultado positivo), sino que además nos roba tiempo, bienestar, sueño,… Así  que energéticamente es nefasta. Si por el contrario no nos identificamos y pensamos que Mal se debe de encontrar  la persona que lo escribió, ya buscaremos la forma de parar al otro o la otra  desde un límite sereno y seguro, que no por ello nos asegura que él o ella termine aquí su proyección, dependerá del grado de conciencia de la otra persona, pero de seguro no entraremos en guerras eternas que enriquecen a los Egos placenteros.

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