miércoles, 30 de enero de 2013

Acerca de los límites ( De la Codependencia a la Libertad, Krishnananda.)



      Hace tiempo, Aida (hermana de la vida), me regaló un libro de esos indispensables y necesarios de leer varias veces.¡Gracias amiga!.
En estos momentos he comenzado  a releerlo y creo que es interesante compartir una parte en la que habla de los límites...
Autor: Juan Carlos Gcía. Marrero
 http://juancarlosgarciamarrero.blogspot.com.es/
Siempre digo que los límites no  los ponemos a otra persona, creo que los límites van dirigidos a nosotr@s mism@s, ¿hasta donde debo llegar con el /la otr@?¿Hasta donde quiero que lleguen?. Así podemos comprender que cuando los ponemos desde la descalificación hacia la otra persona, estamos saltándonos un límite con nosotr@s mism@s pues al descalificar un objeto externo partimos de una des-calificación interna.
¿Por qué nos cuesta tanto a determinadas personas poner el límite en nuestro espacio/tiempo/ energías?¿Por qué permitimos que se nos invada: verbalmente, físicamente, o con cargas que no son nuestras? o ¿Por qué nos parece impensable ponernos un límite hacia el espacio de la otra persona?, ¿por qué contamos con un tiempo, unas energías que no son nuestras?. 
Realmente es cómodo no tener que hacer, no tener que cambiar, ni tener que arriesgar. Lo cierto es que cuando entramos en un camino de crecimiento personal la comodidad la pagamos, pues somos responsables de todo lo que deriva de ella.

Y dice Krishnananda en su libro "De la Codependencia a la Libertad" :

Nuestr@ niñ@ interior asustad@ no comprende ni le importa respetar los límites, ni los suyos propios ni los de los demás. La causa es que durante la infancia no se respetó nuestro espacio  ni   nuestra integridad.
Cuando nos encontramos en las garras del miedo, violamos inconscientemente nuestro propio espacio debido al terror a ser rechazados, atacados o ignorados, o violamos el espacio de los demás en nuestra ceguera por la desesperación de conseguir satisfacer  nuestras necesidades. Así, en nuestras relaciones estamos invadiendo o siendo invadid@s todo el tiempo.

 1.-Ser Invadid@.
A menudo ni siquiera sabemos lo que es respetarnos a nosotr@s mism@s lo suficiente como para fijar límites y hacer saber a los demás que están invadiendo nuestro espacio, porque de niñ@s no fuimos capaces de desarrollar la suficiente autoestima y dignidad como para respetar nuestro espacio e indicarle  a los demás cuándo nos estaban invadiendo. En mis talleres, cuando se exponen las muchas formas en que hemos permitido que se traspasen los límites, la gente a menudo se sorprende al saber que eso es algo que tienen derecho a proteger. Creen que no nos merecemos un espacio y continuamente encogemos nuestra energía, haciéndonos cada vez más pequeños, negándonos a nosotr@s mism@s o disculpándonos por existir.Ése es un estado muy doloroso que crea un tremendo resentimiento interior.
En el fondo sabemos que no nos estamos permitiendo vivir nuestro potencial, pero tenemos mucho miedo de que si nos expandimos nos encontraremos con el rechazo, la ira o la incomprensión. Cuando estamos siendo invadid@s es fácil culpar a la otra persona por ser exigente e insensible sin darnos cuenta de nuestras propias exigencias. Yo tardé mucho tiempo en ser capaz de darme cuenta de que en esta situación, la persona que está siendo invadida es una víctima. Esa persona tienen la expectativa inexpresada _ y a menudo inconsciente  _ de que su espacio debería ser respetado sin que siempre tenga que exigirlo.

2. Invadir

En el otro extremo, nuestr@ niñ@ aterrad@ puede ser un/a gran invasor/a de espacio. Simplemente atropellamos a otras personas para conseguir lo que queremos, convencid@s de que " o comes o te comen". Esta creencia está profundamente escondida en un miedo de supervivencia  inconsciente que generalmente se encuentra cubierto por formalidades sociales. A menudo ni siquiera nos damos cuenta que nuestro comportamiento hacia los demás es agresivo y violento.

Nuestras reacciones y exigencias son saboteadoras.

Para nosotr@s es muy difícil ver o sentir nuestr@ propi@ niñ@ aterrad@. Podemos verlo y sentirlo en los demás, pero somos reacios a dirigir el espejo hacia nosotros mismos. Es básico que comprendamos esta parte nuestra.
Cuando nos relacionamos por medio de la reacción y la exigencia saboteamos el amor, el respeto propio y el crecimiento interno. Saboteamos el amor porque nuestra actitud y comportamiento están básicamente centrados en nosotr@s mism@s y no respetamos a la otra persona; saboteamos nuestro propio respeto porque , en el fondo sabemos que cuando actuamos desde la exigencias no nos honramos a nosotr@s mism@s ni a nadie más, y saboteamos nuestro crecimiento interno  porque en este espacio nos enfocamos completamente hacia el exterior, para conseguir lo que queremos de fuera o para culpar  a los de fuera por lo que no conseguimos.

Estos textos  son partes del libro que antes he comentado, los  pueden encontrar a partir de la página 52.





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